Haz lo que te digo

Haz lo que te digo

Haz lo que te digo (Bartleby, 2015) fue escrito entre finales de 2004 y 2012, en Madrid, Barcelona y Ammán. La fotografía de la portada pertenece a una serie de 2006 titulada Fragmentos de mi vida sexual.

Si quieres saber lo que otras personas han escrito sobre este libro, puedes visitar los siguientes enlaces:

Juan Carlos Abril en Lectura y Signo
Alberto García-Teresa en Culturamas
Alba González Sanz en La Tribu de Frida
Martín López-Vega en El cultural
Cristina Morano en La Galla Ciencia
Javier Cristóbal en Tarántula

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POEMAS

Te tengo todo marcado
como un yacimiento arqueológico.
No es extraer los restos de ti lo que persigo
-ruinas de una ciudad tallada en la arenisca-
lo que quiero es penetrarte
taladrar la piedra de tu cuerpo
y este sexo cóncavo de mujer
se vuelve inútil para mi deseo.

Cavo en tu ombligo
para entrar por el flujo de tu sangre.
Vacío mi espíritu como aire en tu boca
y te observo respirarme.
Ya sé que no necesito de piel para tocarte
no es eso
lo que yo quiero es hacerme
una cueva en tu cuerpo.

Flexiono tus rodillas bajo mis axilas
como los brazos de un taladro.
Las aceras que rompo
son las de tu calle.

Con mis pestañas barro
el polvo que levanto de tu frente
y no me detengo hasta que soy tú
y tu sexo es el mío hasta que soy yo
quien está dentro.

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No es aconsejable depositar toda esperanza en otro cuerpo
pero sucede y para entenderlo
habría que empezar por aislar
el proceso de la circunstancia
y observar con atención
las pequeñas transformaciones
en el significado de la palabra amor.

En tanto que sólidos
tenemos la naturaleza empecinada
de las cosas fáciles de encerrar.
Mira si no los zoológicos
las colecciones de entomología
los cubitos de ámbar.
No hay manera de filtrarse o de colarse
por una rendija como el agua o el aire.

De extenderse hacia ti mis brazos
se han convertido en un tendido eléctrico:
entre tú y yo descansan los pájaros
juegan a la cuerda las tormentas
se encienden las ciudades.

Contra toda recomendación
se diría.

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¿Es un juego de correr
un juego de cartas de mesa o un videojuego?
¿Necesito destreza física suerte o práctica?
¿He de seguir instrucciones o guiarme por mi instinto?
¿Sudaré me quedaré sin aire tensaré los músculos hasta el agotamiento
o repiquetearé con mis uñas sobre la mesa imitando
los cascos de los caballos que golpean mis costillas?
¿Moveré piezas de mí sobre el tablero?
¿Te como o me comes?
¿Se trata de aparentar que tienes lo que no tienes?
¿Seremos rivales adversarios compañeros?
¿Ganaremos dinero trofeos dignidad?
¿Qué perderemos?
¿La vida una oportunidad el honor la palabra el tiempo la fortuna?

¿Qué perderemos?

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Cómo avanzar a la par que el paisaje.
Ayudaba la humedad a llevar la aridez de dentro
yo no la veía pero había ahora no hay ayuda externa.
La aridez se extiende y esconde lo que hay debajo:
este lugar y yo este momento y yo
somos una misma superficie.

Sigo diciendo yo pero sé que ahora significa arena y se asienta
sobre los libros los muebles las baldosas
cubriendo la apariencia familiar que solían tener los objetos
y su compañía.

El escenario es así:
cerrada la puerta por dentro
la calle un ejercicio imposible
apenas un rectángulo en cada habitación
algo que está ante mí y de lo que no puedo formar parte
como la vida de los demás o lo que fui.
No lo llamaría ventana.

Nada entra ni sale de aquí.
Aquí era yo
atravesando ciudades y desiertos
sin encontrar nada que pudiera llamar mi lugar o mi atención
o concordar con la realidad al menos en tiempo.

Tiempo de qué
cuando no toca sembrar ni toca recoger
tiempo de nada.

Mientras el paisaje no hace excepciones
el paisaje el paisaje que no se detiene.

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El cuerpo que tanto me pedía que tanto me decía que tanto tanto y tanto ahora todo apagado el pequeño piloto la lucecita verde que brillaba en la noche el cuerpo que tenía piernas con muslos rematados en nalgas por un lado rodillas por el otro

y todavía continuaba

que tenía en el pecho dos timbres redondos de plata que hacían ring ring al aplicar una leve presión el cuerpo que tenía huesos de interés antropológico ilíacos clavículas y otras pruebas del perfecto diseño de la evolución

el cuerpo todo

toda esa maravilla deselectrificada.